revista española de medicina y cirugía de guerra mayo 1939

Entre los razonamientos que autores conservadores han usado para denegar el carácter fascista del régimen dictatorial predeterminado por el golpe militar dirigido por el General Franco, fué asegurar que la ideología de ese régimen no incluía un ingrediente racista, así como ocurrió con el nazismo alemán y el fascismo italiano. La prueba que existe y de forma fácil alcanzable exhibe, no obstante, la escasa probabilidad de ese razonamiento. El eje ideológico de ese régimen fue el Nacional-Catolicismo que conjugó 2 ideologías: el Nacionalismo Hispánico, que aun negó la presencia de otras nacionalidades (como la catalana, la vasca, y la gallega), imponiendo su visión centralista uniformadora, y un Catolicismo Excluyente que procuró modificar todas y cada una de las dimensiones del humano introduciendo áreas tan íntimas como el accionar sexual de la ciudadanía. Este Nacional-Catolicismo tuvo una concepción racista, puesto que semejantes ideologías totalizantes eran presentadas como definitorias de lo que el régimen definió como la raza hispana (el día nacional se llamaba el día de la Raza), cuya superioridad le daba el derecho de conquista y dominio de otras etnias, así como ocurrió en América Latina, cuya conquista militar y explotación era la causa de celebración del día nacional (12 de octubre). Su misión civilizadora supuso el asesinato en masa de la población nativa de aquel conjunto de naciones, bien documentada y denunciada por Bartomeu de les Cases. El Nacional-Catolicismo del régimen dictatorial se consideraba a sí mismo como heredero de los Reyes Católicos, que habían expulsado a los judíos y musulmanes de España, habían predeterminado la Inquisición, y habían conquistado América latina, a partir de cometer un asesinato en masa.

El racismo del Nacional-Catolicismo fue alén del racismo étnico. Si bien incluyó una dimensión antisemita, el racismo del Nacional-Catolicismo se fundamentó asimismo en elementos político-culturales. Un fin explícito del golpe militar fue exactamente purificar la raza hispánica, descartando todos y cada uno de los elementos que la debilitaran.

ambulancia

Vallejo Nájera, que dirigía los Servicios Siquiátricos del Ejército, y que había sido nombrado por el general Franco dirigente del rearme ideológico del nuevo régimen (haciendo esta función como Directivo del Gabinete de Estudiosos Sicológicos del Ejército), resaltó que era misión del Alzamiento Nacional «socorrer a la patria y la raza», detallando las especificaciones que definían la raza hispánica como «un masculinismo, un canto de fuerza física y un profundo nacionalismo y catolicismo». Contraponía esta raza hispana a etnias inferiores como la «raza roja» (que incluía a la enorme mayoría de contrarios al golpe militar y la dictadura que estableció) a la que consideró una raza inferior, contaminada por el marxismo, considerado como la máxima forma probables nosologías mentales, definiendo el marxismo español como «una mezcla de judaísmo y mampostería que le distinguió de un marxismo extranjero semita puro». Esta «raza roja» se encontraba compuesta de «subdesarrollados mentales, sicópatas y corrompidos, todos damnificados por el marxismo, judaísmo masónico», que se propagaba de forma fácil entre las clases populares con lo que Vallejo Nájera consideraba su subdesarrollo mental. Todas y cada una estas citas se muestran en sus libros titulados Eugenesía de la Hispanidad y regeneración de la raza y productos en gacetas consideradas científicas a lo largo de la dictadura, así como el Psiquismo del Fanatismo Marxista, anunciado por Semana Médica De españa (8 de Octubre, 1938 pág. 172 -182) y asimismo en la Gaceta De españa de Medicina y Cirugía de Guerra (mayo 1939. pág.398-413). El producto anunciado en esta última gaceta examinaba «la particular nosología» de las mujeres milicianas, «eres enclenques motivados por la envidia, la maldad y la venganza», y cuya participación «en las revueltas políticas les daba ocasión de agradar sus apetencias sexuales latentes».

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