La sociedad está poco a poco más concienciada sobre la relevancia de emplear el Punto SIGRE para sugerir un acertado régimen medioambiental a los envases vacíos y con restos de fármacos.
Así, eludimos que estos restos se tiren a la basura o por el desagüe, o en un contenedor equivocado, lo que piensa un claro perjuicio para el medioambiente.
Provecho medioambientales que comporta el reciclaje de fármacos
Según datos propios de SIGRE, con esta idea se consiguieron los próximos objetivos:
- Protección de la fauna y flora del mundo, eludiendo que los restos de fármacos lleguen al medioambiente.
- El reciclaje de los materiales (cartón, papel, plástico, etcétera.) de los envases y blísteres de los fármacos, influye de manera directa en la menor tala de árboles. En este sentido, se han conservado 575.000 árboles.
- Generación de energía eléctrica desde la valorización de los fármacos no peligrosos, economizando la producción de 243M kWh.
- Reducción de las transmisoras CO2 a 1400 toneladas.
Pero, ¿sabes dónde van estos fármacos?
Todos y cada uno de los fármacos y sus modelos derivados que se depositan en el contenedor SIGRE han de ser sometidos a un régimen medioambiental concreto que favorezca la conservación tanto de la salud humano como la preservación del medioambiente.
De ahí que, el farmacéutico debe mandar todo el “material” juntado a la Interfaz de Régimen y Envases SIGRE a fin de que vacíe el contenedor llevándose los fármacos para seguir a su régimen.
Punto SIGRE
Un Punto SIGRE es un contenedor de color blanco ubicado en muchas Farmacias (21.500 en 2020) donde se recogen los envases de fármacos y fármacos caducados o inutilizados de una parte de los usuarios.
Bajo concepto alguno, se tienen que publicar fármacos al cubo de basura (no tienen la posibilidad de ser tratados ni como desperdicios orgánicos, ni como cartones, plásticos o vidrios).
Qué poner
Todo cuanto se puede publicar a un Punto SIGRE son fármacos caducados; fármacos que no usamos; cajas de fármacos; y envases vacíos o con restos de fármacos (frascos, blíster, inhaladores…).
No está tolerado publicar agujas, salvo aquellas que estén unidas a un envase y que no se logren dividir. Este es la situacion de determinadas jeringas precargadas, bolis o plumas, como las que emplean los pacientes diabéticos para inyectar insulina, o la gente que sufren patologías reumáticas. De cualquier modo, en estas situaciones solo se tienen la posibilidad de tirar si las agujas están tapadas con sus protectores, puesto que tienen la posibilidad de herir a la gente encargadas de tratar estos restos.