Algunos de los riesgos que pueden estar asociados con la cirugía ALIF incluyen:
Daño a los vasos sanguíneos principales adyacentes: los vasos sanguíneos grandes corren muy cerca del área donde se realiza la cirugía ALIF. Estos vasos pueden dañarse, lo que resulta en una pérdida excesiva de sangre. Trabajar con un cirujano vascular experimentado y un cirujano de columna disminuye la posibilidad de que ocurra esta complicación. Si ocurre, el cirujano vascular puede reparar cualquier agujero en estos grandes vasos sanguíneos cosiéndolos para cerrarlos.
Eyaculación retrógrada: para los hombres, el nervio que controla la válvula direccional para la eyaculación se encuentra en la región donde se realiza la cirugía ALIF. El daño a este nervio puede provocar que el paciente pierda la función de la válvula y experimente eyaculación retrógrada. En tales casos, se puede lograr el orgasmo, pero no hay eyaculación. Esto ocurre en aproximadamente el 1 % de las cirugías de ALIF en hombres y, por lo general, se resuelve por sí solo con el tiempo. Para los hombres que están planeando o considerando engendrar hijos en el futuro, el banco de esperma antes de la cirugía ALIF es una buena opción solo para estar seguros.
Infección: La infección siempre es un riesgo con cualquier procedimiento. El riesgo se minimiza en gran medida con una técnica estéril adecuada, antibióticos preoperatorios e irrigación abundante del campo operatorio antes del cierre.
Daño a los nervios: El daño a los nervios es un riesgo de cualquier cirugía de columna. El daño a los nervios puede causar dolor, entumecimiento o debilidad y, cuando ocurre, corre el riesgo de ser permanente; sin embargo, el daño permanente a los nervios después de la cirugía ALIF es muy raro.
Coágulos de sangre: cualquier cirugía conlleva el riesgo de coágulos de sangre en las piernas, pero el riesgo de estos se minimiza con la movilización temprana y el uso de dispositivos de compresión.
Falta de unión: el paso final en cualquier cirugía de fusión exitosa es que los huesos se fusionen. Este proceso lleva meses. En raras ocasiones, los huesos no se fusionan y, si no lo hacen, puede ser necesaria una cirugía de revisión.