Para iniciar, el cáncer no es solo una patología. Bajo este término podemos encontrar agrupadas mucho más de cien nosologías. No se aborda igual un cáncer de mama, que un cáncer de piel, que otro que afecte al cerebro, puesto que las células tumorales que se desarrollan en todos estos órganos son absolutamente diferentes.
Además de esto, ya que estas células tienen la posibilidad de amoldarse o mutar de distintas formas, en cada género de cáncer logramos hallar distintas variedades o subtipos, que asimismo tienen que tratarse de una forma diferente por el hecho de que no todos argumentan a exactamente los mismos medicamentos. Aun exactamente la misma patología puede actuar de manera diferente en el momento en que se genera en diferentes individuos.
Los primeros tratamientos brotaron en Europa entre los años 500 y 1.500 dC
En el periodo comprendido entre los años 500 y 1500 dC, en Europa y la cauterización de tumores pequeños, o la app de pastas cáusticas con arsenio, dietas, polvo de cangrejo y amuletos para tumores mucho más extensos. Desde el año 1500 dC empiezan a practicarse mucho más necropsias y el saber del cáncer de adentro incrementa – consideramos que hasta la actualidad solo eran evidentes los tumores externos.
¿Qué armas disponemos para batallar el cáncer de pulmón?
En el momento en que charlamos de régimen, los médicos siempre y en todo momento distinguimos entre tratamientos locales y sistémicos. Los tratamientos locales son esos que actúan directamente sobre el tumor. Entre ellos están la cirugía, la radioterapia (en sus distintas costumbres) y otras técnicas que llamamos ablativas. La indicación de un régimen local se establece siempre y cuando se estima que se va a poder supervisar el tumor por estar circunscrito a una región. Carece de sentido utilizar un régimen local si una parte de la patología queda fuera pues entonces no cumpliría su misión y además de esto produciríamos daños insignificantes al tolerante. En ocasiones se aplica un régimen local si bien la patología esté avanzada en el momento en que se quiere supervisar un síntoma pero no para supervisar la patología en su grupo.
Caso de que la patología esté mucho más avanzada y no sea controlable con un régimen local, se aplican los tratamientos sistémicos. Estos tratamientos engloban la que ya se conoce quimioterapia y los nuevos agentes. La quimioterapia actúa sobre la célula tumoral impidiendo su multiplicación y generando su destrucción. Los nuevos agentes tienen dentro medicamentos que, o se agregan a la quimioterapia impidiendo que las células tumorales produzcan vasos sanguíneos que les posibiliten la llegada de sangre y alimento, o actúan sobre ciertos puntos diana de la célula favoreciendo su destrucción y también impidiendo su multiplicación. No obstante, para utilizar estos últimos es requisito saber la presencia de la diana correcta a la célula tumoral. Las mucho más conocidas hasta la actualidad (mutación del gen del EGFR y translocación del gen ALK) se dan con una mayor frecuencia en pacientes que jamás fumaron y en el tipo no escamoso. Por muy selectivos que sean los tratamientos sistémicos, las células normales del organismo tienen la posibilidad de verse perjudicadas.