Al corriente por
oscilador

Jenny LF Andrus, MD
Si las ancianas pudieran contar cuentos, podrían decirle que sus articulaciones podrían predecir el clima y avisarle cuando lloverá o cuando se avecina una ola de frío para mudarse al área. Como médicos, generalmente diríamos que fue una coincidencia que nuestros pacientes sintieran más dolor cada vez que empeoraba el clima. Sin embargo, hay evidencia que da crédito a esto, así como el simple sentido común. En este artículo, voy a discutir cómo el clima frío puede aumentar su dolor y los pasos que puede seguir para remediar este problema.
Como médico de manejo intervencionista del dolor, veo pacientes que tienen dolor en áreas específicas del cuerpo, como la parte inferior de la espalda, así como en todo el cuerpo, como con fibromialgia. Tal vez tengan artritis en las articulaciones o neuropatía periférica. La mayoría de estos pacientes reportarán más dolor durante el clima frío o lluvioso.
Según The Arthritis Foundation, “las temperaturas frías pueden aumentar la sensibilidad al dolor, ralentizar la circulación sanguínea y causar espasmos musculares. Para hacer las cosas más complejas, nuestras articulaciones pueden detectar y responder a cambios en la presión barométrica (la cantidad de presión de aire en la atmósfera)”.
Además, las articulaciones de nuestro cuerpo están llenas de un líquido lubricante llamado líquido sinovial que, junto con el cartílago, ayuda a que los huesos de nuestras articulaciones se deslicen suavemente unos contra otros. Cuando nuestras articulaciones se enfrían, este líquido sinovial puede espesarse y volverse menos viscoso, lo que dificulta el movimiento de nuestras articulaciones, causando rigidez y dolor.
Entonces, ¿cómo aborda el aumento del dolor cuando el clima se vuelve espantoso?
- mantente caliente – Eso puede parecer obvio, pero a menudo encuentro que mis pacientes se olvidan de tomar medidas simples, como usar guantes en sus manos artríticas o ponerse un jersey de cuello alto para mantener caliente la parte superior del cuerpo. Considere baños o duchas calientes para eliminar el frío y aliviar el dolor en las articulaciones y los músculos. Una manta térmica es otra gran opción a tener en cuenta por la noche. Una envoltura para el cuello de lavanda recalentable que puede calentar en el microondas es otra terapia maravillosa que es relajante y calmante para el dolor de cuello y hombros. El dolor de la artritis suele responder bien al calor, así que no se sienta culpable por calentar las articulaciones con frecuencia y mantenerlas calientes.
- Extensión – Ponerse y permanecer rígido es una receta para aumentar el dolor. Tus perros y gatos se estiran varias veces al día, especialmente cuando se levantan de una siesta. ¿Por qué no aprendes una lección de ellos? Estírese antes de levantarse de la cama, estire las pantorrillas en las escaleras, doble la cintura y baje las manos al suelo para estirar la parte inferior de la espalda y los isquiotibiales. Si no sabes cómo estirar lo que te duele, busca los estiramientos adecuados en Internet. Simplemente estirarse durante unos minutos, todos los días, puede marcar una gran diferencia en los niveles de dolor. Comience a intentar hacerlo, especialmente antes de levantarse después de estar sentado un rato o antes de bajarse del automóvil.
- Ejercicio – “¡Pero, Dr. Andrus, hace demasiado frío afuera y me dijo que me mantuviera caliente!” Encienda la televisión, haga algo de yoga o un video de ejercicios, camine por el centro comercial, vaya al gimnasio, abríguese y lleve a sus nietos a caminar afuera, aunque sea por 10 minutos, ¡pero muévase! ¡Calienta esas articulaciones y me lo agradecerás más tarde!