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La mejor medida precautoria contra las balanitis es sostener una adecuada higiene de la región y tomar medidas de precaución a lo largo de las relaciones íntimas. En casos de balanitis de reiteración se podría proponer la postectomía como régimen precautorio.

Es una patología inflamatoria crónica que perjudica al glande, prepucio y en el final de la uretra (meato uretral) de causa ignota. Acostumbra asociarse a pacientes diabéticos y puede determinar de cirugía correctora pues genera muchas veces estrecheces en el meato uretral generando contrariedad para mear, tal como fimosis.

Terapias de régimen de la balanitis y el anillo fimótico

Las primordiales terapias para tratar la balanitis y el anillo fimótico son:

y restricción del lavado con jabón: solo la app de esta medida logró supervisar los síntomas al 90% de los pacientes de este estudio.

Circuncisión: operación quirúrgica consistente en recortar circularmente una porción del prepucio del pene, quedando el glande de manera permanente al descubierto.

Láser de dióxido de carbono: vaporiza las desgastes crónicas del pene en la balanitis de Zoon (estudio, estudio).

Láser YAG con erbio: opción alternativa a la circuncisión o al láser de CO2 (estudio).

Manipulación manual del tejido hinchado: se comprime el glande y se desplaza el prepucio a su situación habitual con asistencia de un lubricante, compresión en frío o anestesia.

Técnica de Dundee: para el anillo fimótico, consistente en punciones en la piel del prepucio hinchado con una aguja fina para despedir el líquido del edema (estudio).

Otras terapias: supresión de la piel atrofiada y retraída a través de cirugía, aparato de tracción para alentar la renovación celular (sin cirugía), meatotomía (división del lado inferior del glande), etcétera.

¿Qué es la vagina?

Comenzamos por comprender que la vagina es un trato muscular de adentro que va desde el cuello uterino hasta la apertura vaginal. Por otra parte, la vulva está en la parte externa del trato genital femenino, introduciendo los labios internos y externos, labios inferiores y mayores, el glande del clítoris, la capucha del clítoris, el vestíbulo, que circunda la apertura vaginal y la abertura uretral.

Todo ello, por comprender que la vagina es una región de suma importancia y de bastante precaución en las mujeres. Donde la piel es demasiado frágil y el hecho de no cuidar de todas sus partes puede traer secuelas como infecciones que en ocasiones tienen la posibilidad de ser bien difíciles de tratar.