El concepto de enfermedad infectocontagiosa se ha sustituido en los últimos años por la enfermedad transmisible, incluyendo entonces tanto las infecciosas como las parasitarias; es así porque existen procesos transmisibles que no son infecciosos como la sarna o la pediculosis. También existen agentes transmisibles que no pueden causar enfermedad en el sujeto, como es el caso del estreptococo beta hemolítico, que no genera fiebre reumática.
El paciente infectocontagioso debe manejarse de forma diferente al de otros pacientes debido a la posibilidad de contagio; el manejo inadecuado puede exponer a otras personas a riesgos, incluyendo médicos y enfermos. Usualmente debe ser necesario algún grado de aislamiento del paciente para así evitar la transmisión de la enfermedad infectocontagiosa a otros. También, según la enfermedad, es útil el uso de barreras como batas, mascarillas, guantes y la higienización de manos.
En una enfermedad infectocontagiosa existe un agente infeccioso que puede ser bacteria, virus, hongo o parásito. Los reservorios de estos agentes en el cuerpo pueden ser la piel, cavidades, líquidos y secreciones.
Los agentes infecciosos buscan salir del cuerpo para infectar a otros a través de la piel, las mucosas, el tracto respiratorio, el tracto gastrointestinal, el aparato reproductor y la sangre; contagiándose a través del contacto, el aire, vectores, etc. Finalmente el huésped susceptible es contagiado.
básicamente las etapas de un hijo infectocontagioso:
a) Período de incubación: desde el contagio hasta la aparición de los primeros síntomas; b) Período de desarrollo: momento en que se manifiestan estos síntomas y signos característicos de la enfermedad.; c) Período de convalecencia: la enfermedad ha sido vencida, la persona muestra mejor pero puede correr el riesgo de sufrir recaídas o contraer otras enfermedades.
♦ También infecto-contagioso.
Ejemplos de uso: «el cólera es una enfermedad infectocontagiosa».
«en odontología debe haber un manejo adecuado de pacientes infectocontagiosos».