Situémonos en la Barcelona de finales del siglo XIX. La localidad experimenta un fuerte desarrollo demográfico y la medicina es cada vez con la capacidad de realizar en frente de mucho más anomalías de la salud. Todo esto causa que el viejo Hospital de la Santa Cruz, situado en la mitad del Raval —en un edificio gótico realmente bonito, pero poco conveniente para la práctica médica actualizada—, haya quedado anticuado y se decida crear un enorme recinto hospitalario que dé servicio a una localidad en expansión. El arquitecto modernista Lluís Domènech i Montaner se ocupa del emprendimiento y en 1930, tras tres décadas de trabajos, se inaugura con el nombre de Hospital de Santa Creu y Sant Pau. El Sant Pau se refiere a Pau Gil, un banquero y mecenas barcelonés instalado en París que, al fallecer, soltero y sin hijos, dejó estipulado que la mitad de su fortuna se destinara a la construcción de un hospital en Barcelona . Si deseáis entender qué cara tenía este beato barón de desprendidas patillas, hallará un pecho destinado a él, obra de Eusebio Arnau y Josep Casan y Matamala, en la entrada del viejo hospital.
Dique viejo hospital pues en 2009, el Hospital de la Santa Cruz y San Pablo se trasladó de nuevo, en un caso así, a una sede mucho más actualizada ubicada en el radical nordeste del grupo proyectado por Domènech y Montaner. Esto dejó comenzar un ambicioso desarrollo de rehabilitación del grupo modernista que, desde hace años, ha recuperado todo el esplendor de lo que el día de hoy se conoce como Recinto Modernista Sant Pau.
El Recinto Modernista de Sant Pau es un ambiente extenso y seguro. De ahí que, si vive en Barcelona, conocer el viejo Hospital puede ser una alternativa de ocio idónea para el objetivo de semana. Vas a encontrar bastante por conocer y remirar!
Un pulmón verde a medio sendero entre el Guinardó y el Eixample
Desconecta de la semana y sumérgete en un binomio especial: patrimonio y naturaleza. Los viejos pabellones hospitalarios están rodeados durante más de 16.000 m2 de jardines. Tileres, naranjos, lavanda… En conjunto, hay mucho más de 60 especies vegetales que te trasladarán a la iniciativa original de Domènech i Montaner: hacer un jardín terapéutico que facilitase la restauración de los pacientes del Hospital.
La puesta en marcha
El 30 de junio de 1916 llegaron las seis primeras pacientes al hospital de la Santa Cruz y San Pablo. Ocuparon el pabellón del Sagrado Corazón, que después se llamaría de San Salvador. El resto del complejo aún se encontraba en proyectos, con lo que este primer pabellón funcionaba prácticamente como un pequeño hospital sin dependencia con un aparato compuesto por un jefe de servicio, 2 médicos, 4 practicantes y 4 sirvientes. De los 4 practicantes, uno vivía en exactamente el mismo pabellón y se encontraba de guarda persistente. Y sí, siendo un hospital espiritual, asimismo había un sacerdote y seis hermanas.
PAU GIL, BANQUERO BENEFACTOR
La construcción de un nuevo hospital se financió con la donación que había hecho el banquero catalán afincado en París, Pau Gil y Serra tras su muerte en 1896, dejó la mitad de su fortuna, unos 3 millones de pesetas, para la construcción de un hospital destinado a los pobres que no podían pagarse un médico.
Entonces las familias acaudaladas no iban al hospital, era el médico el que se desplazaba a su casa.