Historia de la Medicina Alternativa

La historia cuenta que la medicina alternativa se remonta a 5000 años atrás, a la medicina tradicional china, india (medicina ayuryedica) y tradiciones curativas similares en muchas culturas. La creencia común era que la energía del cuerpo tenía que estar en armonía con la mente, el cuerpo y el espíritu. Un médico simplemente facilitó la curación identificando y eliminando los obstáculos que inevitablemente conducirían a la curación. La terapia incluyó cambios en el estilo de vida, cuidado personal y medidas preventivas.

Hoy en día, lo que conocemos como medicina complementaria y alternativa (CAM) tiene raíces que se remontan a 5000 años atrás en la China (medicina tradicional china), la India (medicina ayurvédica) y tradiciones curativas similares. Durante miles de años, estas diversas tradiciones médicas creyeron en la energía del cuerpo y en la necesidad de armonía entre la mente, el cuerpo y el espíritu. Doctor’s simplemente facilitó el proceso de curación identificando y eliminando obstáculos.

A lo largo de la mayor parte del siglo XIX, los médicos utilizaron las mismas habilidades que los herbolarios, osteópatas y dietistas actuales; fueron generosos con el tiempo y la empatía, y confiaron en un buen trato al lado de la cama. La oración era importante, al igual que «un cambio de aire», los laxantes, el sangrado y las sanguijuelas. Hasta principios del siglo XX, las personas enfermas dependían del mismo tipo de terapias que sus antepasados.

Las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial trajeron cambios significativos. Como médico de cabecera y periodista, James Lefanu señaló en su libro The Rise and Fall of Modern Medicine, escrito en los años 50, una serie de avances médicos que demostraron sin lugar a dudas que los intentos anteriores de curación no eran más que mera charlatanería. Los nuevos avances médicos incluyeron el descubrimiento de la penicilina, la cortisona (un poderoso medicamento antiinflamatorio), la estreptomicina (un poderoso antibiótico que es eficaz para tratar la tuberculosis), la insulina (para tratar la diabetes) y la clorpromazina (un antipsicótico que controla la esquizofrenia). La cirugía a corazón abierto, los reemplazos de cadera, los trasplantes de riñón, los cuidados intensivos y los programas de vacunación exitosos salvaron y mejoraron la calidad de innumerables millones de vidas.

No sorprende que tanto poder para alterar el destino humano conduzca, como sugiere Lefanu, «al abandono resultante de remedios caseros como masajes, manipulación y consejos dietéticos, solo para que los practicantes alternativos los adopten». Esto es exactamente lo que sucedió: con una explosión dramática en el crecimiento de las terapias ‘alternativas’ durante la segunda mitad del siglo XX. Junto con la medicina moderna, la medicina complementaria y alternativa comenzó a desarrollarse como una disciplina completamente separada, despreciando los logros de la medicina convencional, mientras que al mismo tiempo los médicos convencionales la descartaron como ineficaz y fraudulenta. Para la mayoría de las personas, obtener lo mejor de la medicina convencional y alternativa fue una operación delicada. Quienes optaron por la atención médica convencional y alternativa descubrieron que la mejor estrategia era permanecer callados para evitar las críticas. Aquellos que intentaron usar ambos servicios aprendieron eso para evitar críticas.

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