Entre las perturbaciones que nacen al desarrollo normal de la función digestiva figuran numerosas molestias abdominales que el paciente relaciona con el estmago. Por ejemplo, dolor, formación excesiva de gases con eructos, plenitud con borborigmo (ruidos de tripas), regurgitacin de lquido agrio (aguas amargas de boca) y sensacin de pirosis (ardor o quemazn); nuseas, vmitos, falta de apetito, apetito voraz, plenitud despus de las comidas y regurgitacin de alimentos con gusto reconocibles (repeticin). Sin embargo, como el colon transverso cruza la parte superior del abdomen cerca del estmago, el paciente confunde sus trastornos con los de ste. En realidad, rara vez es el estmago el verdadero responsable de las dispepsias. Florero Indigestin.
Causas comunes de dispepsia son el exceso de alimentacin, la comida apresurada sobre todo si se est emocionalmente perturbado o fatigado, la ingestin de alimentos en malas condiciones o susceptibles de producir alergia en el individuo. Como causa menos frecuente se sella la ingestión con los alimentos, intencionada o accidentalmente, de sustancias venenosas, como la intoxicación por setas. Puede ocurrir dispepsia el abuso de manjares fritos o demasiado sazonados. Cannon demuestra con los rayos X que el estmago es sensible a los estmulos emocionales. En animales de experimentación consigui, en efecto, detener absolutamente la función digestiva asustándolos o encolerizándolos. El temor, la clera, la tristeza, la excesiva alegra, constituyen estmulos emocionales agudos que pueden reflejarse en sntomas digestivos. Trastornos emocionales reprimidos pueden conducir a alteraciones digestivas crnicas. Quizs el sntoma de que ms se quejan los disppticos sea la hiperacidez o exceso de cidos. Aunque parezca extrao, este sntoma puede deberse a la fermentacin que se produce cuando hay escasez de cido (clorhidrico). Resulta evidente la estupidez de la alcalinización en estos casos.
La dispepsia encuentra a veces su origen en ciertos órganos adyacentes al estmago. La vescula biliar enferma, por ejemplo, ocasiona con mucha frecuencia estos trastornos, especialmente cuando la molestia se debe a dificultades en la digestin de sustancias grasas y alimentos pesados. Muchas personas, ignorantes de que padecen colecistitis crnica, restringen sus dietas y, eliminando uno a uno los alimentos, llegan al borde de la inanicin sin haber atacado la fuente real de su mal. Algo parecido sucede con la apendicitis crnica. Cualquier anomalía que venga a perturbar la transformación y movimiento del contenido intestinal puede repercutir en el estmago al mismo tiempo que en el foco real de la perturbación e incluso sin que se sienta en este.
Muchos casos de dispepsia obedecen a lceras pticas. Estas se presentan en el estmago (lcera gstrica) y en la parte del intestino delgado situada inmediatamente a continuacin del estmago, denominada duodeno (lcera duodenal). Para explicar las causas de la lcera pptica se han publicado numerosas teoras. Sin duda, los factores emocionales, el carcter y el llamado nerviosismo desempean aqu un papel importante. Muchos mdicos creen que las emociones son la principal y quizs la nica causa de las lceras pticas, que as se presentan como ejemplo de enfermedades orgnicas imputables a causas neurognicas. Jarrón Medicina psicosomtica.
Las enfermedades cardacas y vasculares surgen al estmago y la funcin digestiva. No pocos fallecimientos sbitos atribuidos a indigestin agudos tienen en realidad su origen en un fallo cardiaco. Además, la insuficiencia cardíaca crónica influye en la circulación del tubo digestivo provocando trastornos por congestión. Las enfermedades hepticas, especialmente el cncer de hgado, y la cirrosis, obstruyen o dificultan la circulacin y perturban las secreciones hepticas con la correspondiente repercusin en las funciones digestivas. La sangre del estmago y gran parte de la de los intestinos pasa a través del hgado por medio del sistema porta antes de desembocar en la circulación general. Cualquier obstrucción del portal de circulación tenderá, pues, a grandes repercusiones. Las enfermedades de la sangre están estrechamente relacionadas con el aparato digestivo. La sangre ha de nutrirse con las sustancias ingeridas en forma de alimentos. Existe, además, una íntima relación entre las secreciones del estmago y el hgado y los órganos formadores de la sangre. La anemia, especialmente la anemia perniciosa, va acompañada muchas veces de síntomas digestivos.
En ocasiones aparecen las afecciones de la vista como causa de dispepsia para brindar un típico ejemplo de trastornos reflejos que, originados en un sitio, producen sus efectos en otro. En las enfermedades del cerebro tenemos otro ejemplo a este respecto. Las enfermedades infecciosas agudas presentan síntomas digestivos. Las infecciones de nariz y garganta dan lugar a una mucosidad purulenta, que, al ser tragada, es causa frecuente de dispepsia. Muchas veces la propia medicina que el dispptico insiste en tomar contribuye a la prolongación de la enfermedad que debería aliviar. Tal ocurre sobre todo en casos de automedicación a base de remedios caseros o medicamentos anunciados a bombo y platillo por sus preparadores.
El cáncer, aunque no la más frecuente, es probablemente la causa más importante de dispepsia. El diagnóstico precoz de esta enfermedad resulta difícil. Por otro lado, si no se revela a tiempo, el resultado será fatal. El tumor puede localizarse en cualquier parte del aparato digestivo desde el estmago al recto. Si interfiere la secreción o dificulta la motilidad por obstruir la luz de los intestinos, produce síntomas vagos e imprecisos. La dispepsia de la edad mediana, sin causa definida y pasajera, debe inducir siempre a sospechar la presencia del cáncer. En consecuencia se impondr un estudio detenido del caso tanto a rayos X como por medio de diversos anlisis.
La forma de dispepsia más difícilmente reconocible es la de origen neurótico. El médico, que comprende la neurosis, atiende al neurótico, ante el que el profano se encoge de hombros despectivamente en lugar de mostrarle simpata. Nadie la necesita como el neurtico, siempre que no se le haga, a ttulo de compasin, limosna de esa simpata. La inadaptacin incapacita al neurtico para la lucha por la vida y sus dificultades revierten en su organismo en forma de enfermedad (v. Psiconeurosis). Una de las manifestaciones más frecuentes de neurosis es precisamente la dispepsia. Sin embargo, el diagnstico de neurosis por un mdico o tanto peor la acusacin de neurosis por un profano nunca estar justificada hasta no haber agotado los medios de descubrir una causa fsica real para sus trastornos digestivos.
Aunque existe ese proceso inflamatorio del estmago llamado gastritis, su aparición no es frecuente. El estmago es capaz de aguantar peores tratos. La verdadera gastritis es entre todas la causa menos frecuente de esas anomalías comúnmente descritas como indigestin o dispepsia. La gastritis autntica puede originarse por la ingestin de sustancias muy irritantes, como venenos, cidos y alcalinos. Tambin existe la forma crnica de gastritis. Si se presenta una u otra, el mdico puede sin duda identificarlas. Pero rara vez cabr achacarles responsabilidad en los trances que el lego califica de indigestin o dispepsia.
tratamiento
El tratamiento de los trastornos digestivos depende enteramente de sus causas. Si obedecen a transgresiones o abusos en la comida o bebida o se conocen los factores emocionales que los provocaron, el tratamiento es obvio. El mdico puede eliminar las sustancias nocivas con la incitacin al vmito, el lavado de estmago o la administracin de la medicacin adecuada. Después de este tratamiento inicial, el enfermo permanecerá 24 h en dieta estricta limitándose a beber agua en pequeñas cantidades. La indigestin crnica requiere un detenido estudio de sus causas, que, una vez conocidas, deben ser eliminadas. La medicación con lcalis u otras sustancias que se supone contrarrestan la hiperacidez de un paciente que sufre de indigestión crnica originada por enfermedades de la sangre, cerebro, ojos o apndice, adems de ser intil, puede conducir a un desastre. Los tipos de dispepsia psicosomtica y neurtica deben ser tratados por el psiquiatra. La medicina slo puede proporcionarles alivio transitorio. La ciruga los agrava.