Azúcar en la sangre y orina.
Un individuo normal posee una cantidad pequeña de azúcar en la sangre; es un tipo determinado de azúcar llamado glucosa, cuya concentración fluctúa ligeramente en consonancia con la toma de alimentos, ejercicio físico, estímulos emocionales y otros factores. Sin embargo, en general, esta concentración se mantiene bastante constante por la acción reguladora del hígado. Bajo la acción de diversas hormonas, incluida la insulina, el hígado recoge glucosa de la sangre y la almacena en forma de glucógeno o bien la deja libre de nuevo, según las necesidades de los tejidos (v. Metabolismo). Así se mantiene un equilibrio delicado que permite conservar un nivel de azúcar relativamente constante. En el individuo diabético este mecanismo de equilibrio se .perturba por existir una diferencia localizada en el páncreas que da lugar a una disminución de la producción de insulina, con la consiguiente imposibilidad del hígado para recoger el azúcar de la sangre. El trastorno puede radicar también en la hipófisis u otras glándulas endocrinas, cuyas hormonas pueden conducir a un aumento del azúcar sanguíneo. Así, pues, el diabético tiene una cantidad excesiva de azúcar en la sangre; cuando éste exceda cierto nivel, el riñón es incapaz de evitar su paso a la orina, por lo que el diabético tendrá azúcar en la orina en algún momento de su enfermedad si ésta no ha recibido el tratamiento adecuado. En el individuo no diabético, el azúcar no pasa a la orina a no ser que sea portador de alguna lesión renal.
Metabolismo de los hidratos de carbono.
Después de una toma de alimento que contenga compuestos hidrocarbonados, el azúcar absorbido por la sangre, procedente del tubo digestivo, se almacena en forma de glucógeno (o almidón animal) en el Hígado. Éste cede también a la corriente sanguínea, azúcar previamente almacenado como glucógeno o elaborado a partir de otras sustancias, de tal manera que puede decirse que es el órgano que mantiene el nivel de azúcar de la sangre. La diabetes mellitus se ha considerado siempre como una enfermedad caracterizada por afectar el metabolismo de los hidratos de carbono. En los últimos años, sin embargo, se ha comprobado que también se producen trastornos en el metabolismo de las grasas y proteínas. Véase Metabolismo.
Metabolismo de grasas y proteinas.
En casos graves de diabetes pueden aparecer en la orina algunos productos del metabolismo de las grasas: son los cuerpos cetónicos, entre los cuales se encuentra el ácido aceto-acético, el ácido hidroxibutírico y la acetona, productos intermedios del metabolismo graso. En la diabetes, debido al trastorno que existe en el metabolismo de los hidratos del carbono, se produce una detención en el curso de la transformación de las grasas, que quedan en forma de cuerpos cetónicos, que se acumulan en la sangre en vez de convertirse en anhidrido carbonico y agua. Esta acumulación de cuerpos cetónicos en la sangre recibe el nombre de cetonemia y suele ir acompañada de la aparición de los mismos en la orina (cetonuria). Por ser los cuerpos cetónicos radicales ácidos producen una forma de Acidosis llamada cetosis. El desgaste tisular que ocurre en la diabetes grave y progresivamente demuestra que también está perturbado el metabolismo de las proteínas, hecho que se confirma cuando aparece un exceso de nitrógeno en la orina.
• Sintomatología Clínica De La Diabetes: Tres de los síntomas de la diabetes mellitus se encuentran íntimamente relacionados y constituyen la triada sintomática característica de la afección: son la polifagia, polidipsia y poliuria, o sea, el exceso de comida, de sed y de emisión de orina. En efecto, considerando que la glucosa es una de… Para seguir leyendo ver: Sintomatología Clínica De La Diabetes
• Páncreas Como Productor De Insulina: La primera demostración real de la relación entre el páncreas y el metabolismo hidrocarbonado fue realizada en 1889 por von Mering y Minkowski, los cuales satisfacen que la extirpación quirúrgica completa del páncreas del perro conduce inevitablemente a la aparición de hiperglucemia y glucosuria, … Para seguir leyendo ver: Páncreas Como Productor De Insulina
• Acción De La Insulina En El Cuerpo: Según se ha indicado, la insulina hace recobrar al animal sin páncreas su facultad de utilizar normalmente los azúcares y grasas; Mostrar prevenir la destrucción excesiva de proteínas, desaparecer rápidamente la cetosis y el glucógeno se deposita en grandes cantidades en el hígado. Aumenta también e… Para seguir leyendo ver: Acción De La Insulina En El Cuerpo
• Coma Diabético: En contraposición al hipoglucémico, se presenta sólo en casos graves de diabetes que no han sido debidamente tratados. Los síntomas son: debilidad, secuela de boca, «sed de aire», náuseas, vómitos y pérdida de la conciencia. Su causa no es el alto nivel de azúcar existente, sino la acidosis que le… Para seguir leyendo ver: Coma Diabético
Recientes conceptos sobre la intervención de otras glándulas endocrinas y del hígado. A principios del siglo xx se admitía que tanto la diabetes pancreática como la mellitus eran únicamente el resultado del déficit de producción de insulina debido a un trastorno de las células de los islotes de Langerhans del páncreas. Se preferiría la insulina como un eslabón esencial en la cadena de los procesos metabólicos en virtud de los cuales la glucosa se moviliza del hígado y se oxida después en los tejidos. La causa de la diabètes pancreática es indudablemente una perturbación de este proceso que, sin embargo, no es suficiente para explicar todos los casos de diabetes mellitus humana. Hechos evidentes prueban que en el metabolismo de los hidratos de carbono intervienen muchos otros factores además del páncreas. Estudios más recientes indican que algunos casos de diabetes se deben a alteraciones metabólicas del hígado, mientras que otros obedecen a trastornos de la hipófisis, de las suprarrenales o de ambos sistemas a la vez.
Actualmente se establece una diferenciación clínica entre la diabetes juvenil y la diabetes del adulto. En los adultos no empieza casi nunca antes de los 40 años ya menudo no lo hace hasta la época de decadencia física. La diabetes juvenil puede tener su origen en una falta relativa de insulina causada por una secreción exagerada de hormonas hipofisarias o suprarrenales. Aunque esta enfermedad responde bien a la inyección de insulina, hay que tener en cuenta que la causa del proceso la constituye los trastornos de la hipófisis o de las suprarrenales. Experiencias recientes han demostrado que un factor importante en el mantenimiento del nivel normal de azúcar en sangre es el equilibrio entre la insulina y las hormonas hipofisarias, suprarrenales y tiroideas. Así, mientras que la insulina actúa impidiendo que se eleve excesivamente el nivel del azúcar sanguíneo, las otras hormonas evitan que descienda demasiado. En animales de experimentación se puede producir una diabetes insulinorresistente por medio de inyecciones repetidas de extracción de hipófisis; estos extractos probablemente contienen un factor que conduce a la diabetes impidiendo la formación de insulina en el páncreas. Houssay puso en evidencia el antagonismo existente entre las dos glándulas; después de extirpar el páncreas y la hipófisis a perros pudo apreciar que los animales tienen un nivel de azúcar sanguíneo normal a pesar de los trastornos que presentan causados por la exéresis glandular.
La producción de otra clase de diabetes experimental sugiere otra posible causa para ciertas formas de diabetes mellitus. La aloxana, que es un producto de la destrucción por oxidación del ácido úrico, ha demostrado tener un efecto tóxico específico sobre las células de los islotes del páncreas. Shaw, Dunn y colaboradores producen en 1943 diabetes pancreáticas típicas por la inyección de aloxana en animales de experimentación. Es probable que este compuesto se produzca en el organismo como el resultado de algún trastorno en el metabolismo purínico. Parece ser que la insulina combate la diabetes por aloxana de la misma forma que lo hace en la pancreática.
El almacenamiento y liberación de azúcar por el Hígado son regulados por el nivel de azúcar en sangre. Los procesos metabólicos que se realizan en el interior del hígado están regidos por la acción de cierto número de fermentos; por ello puede admitirse que el factor esencial en algunas variedades de diabetes, especialmente en las que se desarrollan en personas de mediana edad, sea una perturbación en el funcionamiento de estos sistemas enzimáticos. De acuerdo con algunos autores, una gran proporción de casos de diabetes mellitus se debe exclusivamente a la obesidad. La infiltración de grasa del hígado trastornaría en estos casos el equilibrio enzimático en el que descansa el mantenimiento de un nivel normal de azúcar en sangre. Se ha observado que más del 60 % de los diabéticos de mediana edad y más del 44 % de los diabéticos en general pertenecen realmente a esta categoría. Guando se reduce su peso a lo normal, simplemente por el régimen alimenticio, pueden ingerir 300 g de hidratos de carbono al día sin desarrollar hiperglucemia ni glucosuria.
Investigaciones de mediados del siglo xx sobre la ACTH u hormona adrenocorticotropa hipofisaria indican que una producción excesiva de la misma puede contribuir al desarrollo de una diabetes (v. Cortisona). El ACTH purificado, inyectado en animales o en el hombre, puede producir diabetes, sin que se conozca ninguna otra hormona hipofisaria que ejerza tal acción. Bennett publicó en 1949 la observación de que la ACTH aumentaba la excreción urinaria de glucosa y nitrógeno en ratas diabetizadas con aloxana; por otra parte, la hormona hipofisaria del crecimiento y el ACTH aumentan la cantidad de cetonas en la orina de las ratas diabéticas sometidas a una dieta normal de hidratos de carbono.
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