La medicina logró un avance destacable en el siglo XX, tal es así que el día de hoy es viable impedir la aparición de muchas patologías que antes eran tan usuales, sanar otras que antes eran insanables, proveer alivio aproximadamente satisfactorio a esos pacientes a los que todavía no tienen la posibilidad de curarse, y eludir muchas muertes que antes eran prematuras o ineludibles. No obstante, asimismo en este siglo han surgido o se han exacerbado ciertos inconvenientes que hacen bien difícil el ingreso de enormes ámbitos de la población a los cuidados médicos que necesitan. El cómputo de la medicina a lo largo del siglo que viene a finalizar debe integrar tanto los puntos positivos de su avance como esos que interfieren con el placer de las ventajas potenciales. Este cómputo puede procurarse enfocando las transformaciones de la medicina desde 4 ángulos que de entrada semejan distintas pero que conforme avanza el análisis está que están íntimamente relacionados entre sí. Estos 4 puntos de la medicina en nuestro siglo son el científico, el tecnológico, el popular y el económico.
El avance científico de la medicina
El origen de la medicina y su avance posterior
Hace unos 6.000 años florecieron entre el Tigris y el Éufrates las primeras civilizaciones humanas, en Mesopotamia ahora se tenía un enorme conocimiento de la medicina, en verdad en el Código de Hammurabi ahora se hace una referencia intensísima a la praxis de los médicos ahora sus maneras de sanar. Esencialmente la patología era vista como un castigo de los Dioses por una acción impura, y sus métodos tenían mucho más que ver con el animismo que con nuestra ciencia.
Los primeros métodos realmente científicos comenzaron a realizarse en la civilización egipcia, Heródoto llegó a redactar que en el Viejo Egipto existía un médico para cada patología. Es verdad que los egipcios todavía tenían una visión teológica de la patología, pero fueron quienes comenzaron a buscar explicaciones científicas en los síntomas estableciendo el origen de la medicina.
¿De qué manera conducir los datos de salud?
Es de aguardar que las fuentes de información se multipliquen, lo que va a hacer precisa una infraestructura que aumente la aptitud de almacenaje y administración de datos. Va a ser escencial detectar la información que sea verdaderamente precisa, de calidad, adecuada y útil para la toma de resoluciones. Para esto hay hoy en día, y desarrollandose continuo, distintas herramientas de “big data”, minería de datos y sistemas de IA (inteligencia artificial) capaces de sintetizar y priorizar información. Sumado a esto, las herramientas de facilidad de uso dejan que expertos de la salud como pacientes logren tener una visualización y manejo conveniente de la información.
Sostener la seguridad de la información de cada tolerante es primordial, tal como priorizar la utilización conveniente y el cómputo disponibilidad/seguridad y confidencialidad. Por este motivo, es precisa la adopción de consentimientos informados, que sean elaborados por equipos médicos multidisciplinares, y que salvaguarden la intimidad del sujeto. Además de esto, se deberán extremar los colectados a fin de que no se empleen como un factor para discriminar al sujeto en función de sus datos.
La anestesia
La utilización de la anestesia es otro de los jalones mucho más esenciales de la medicina. ¿Por qué razón? Al denegar la sensibilidad, dejó remover el mal del tolerante en el momento de una intervención médica. El primer empleo bajo experimentación científica se asigna al odontólogo estadounidense William Thomas Monton. En 1846 Monton usó éter para obtener la muela de un tolerante. Meses después probó públicamente su procedimiento en frente de la red social médica, dando paso al nacimiento de la anestesiología actualizada.
El hallazgo de los antibióticos puede ser el hecho mucho más importante para la raza humana actualizada. Su hallazgo dejó la prosperidad de las naciones y convirtió radicalmente los servicios de salud. El icono de los fármacos es la penicilina, que el científico británico Alexander Fleming descubrió por al azar en 1929. Mientras que experimentaba en su laboratorio observó de qué manera el moho logró remover una colonia de bacterias que medraba en exactamente el mismo plato. De esta forma concluyó que el moho generaba una substancia con la capacidad de disolver las bacterias. Esta fue llamada penicilina.