Cuando este déficit ocurre en el adulto o en el niño después de la primera infancia, la enfermedad es conocida con el nombre de mixedema (v. Mixedema).
El cretinismo comienza antes del nacimiento o en la primera infancia y, a menos que se trate, deriva en consecuencias, enanismo e idiocia (v. Idiocia), irreparables.
Los niños afectos tardan en poder estabilizar erguidos, andar y hablar; son rechonchos, ventrudos, con brazos y piernas cortas y gran cabeza; tienen la cara abotargada, especialmente alrededor de los ojos, y dejan pender entre sus labios, constantemente abiertos, su lengua gruesa y grande; su voz es opaca y nunca aprenden a hablar claro.
El cretinismo es relativamente frecuente en las regiones bociosas, donde el insuficiente ingreso de yodo de las madres facilitó el escaso desarrollo del tiroides del feto (v. Bocio); como medida preventiva en estas regiones se da a las embarazadas un suplemento de yodo.
Ocasionalmente el cretinismo depende de la ausencia o defecto de las glándulas tiroides.
Si se diagnostica el cretinismo precoz, se administran preparados de tiroides para facilitar y mantener el crecimiento y el desarrollo mental normales, tratamiento que es necesario continuar toda la vida.

Cretino con un aumento de la tiroides.