- Maceración de la piel del conducto por el calor, la humedad ambiental (Kaur, R.; Mittal, N.; Kakkar, M.; Aggarwal, A. K. y Mathur, M. D. «Otomycosis: en clinicomycologic study». Ear Nose Throat J., 79:606-609; 2000) y por baños (Strauss, M. B. y Dierker, R. L. «Otitis externa asociated with aquatic activities (swimmer’s ear).» Clin. Dermatol., 5:103-81; Thompson, D. Effects of swimming on health (Med. J. Aust., 141:614; 1984).Estos causantes hacen que la piel pierda flexibilidad, se agriete y macere, reducen la cantidad y la viscosidad del cero y el acidez del pH y, al final, benefician la proliferación de microorganismos.
- Lesión mecánica (roce, rascado, microtraumas) que destroza la integridad del epitelio. el cloro de las piscinas)
- Tratamientos locales intempestivos a través de antibióticos y asépticos
- Procesos alérgicos cutáneos (como ciertas dermatitis) (Jones, Y también. H. «Allergy of the external ear»). Otolaryngol. Clin. North Am., 7:735-748; 1974 y Reynolds; the ear» (JAMA, 249:884-885; 1983).
- Otras dolencias cutáneas (eczema, psoriasis, dermatitis seborreica, etcétera.) (McKelvie, M. y McKelvie, P. «Somos aetiological aspecto in otitis externa». Br. J. Dermatol2,7 231); .
- PH alcalino (por perturbación de la composición de las secreciones) que estimula el avance de los gérmenes Gram negativos.
- Higiene intempestiva del CAE (más que nada con jabones poderosamente limpiadores), y asimismo es incorrecto el intento de limpieza del CAE a través de medidas higiénicas beligerantes (Grossan, M. Cerumen removal current challenges.) Ear Nose Th. (77:541-546, 548; 1998). Es preferible que cualquier limpieza o maniobra en el conducto la lleve a cabo un individuo entrenada en esto, como un otorrino ;-). Que conste que no soy el único que lo afirma: Wilson, P. L. y Roeser, R. J. «Cerumen management: profesional issues and techniques». J. Am. Acad. Audiol., 8:421-430; 1997.
- Inmersión en aguas poco a poco más contaminadas (Sundstrom,J.; Jacobson, K.; Munck-Wikland, Y también. y Ringertz, S.»Pseudomones aeruginosa in otitis externa. ?» Arch. Otolary Head Neck Surg., 122:833-836; 1996 y Seyfried, P. L. y Cook, R. J.» 75:83-91; 1984). Semeja que hay muchas personas que bucea en los Enormes Lagos, ¡brrrrr!. El CAE está comunmente colonizado por una pluralidad de microorganismos saprofitos. Pese a lo que la mayor parte de la multitud cree, el agua donde se lleva a cabo una otitis externa no posee por qué razón estar contaminada con bacterias (Havelaar, A. H.; Bosman, M. y Borst, J. «Otitis externa by Pseudomonas aeruginosa associated with whirlpools.» J. Hyg.(Lond), 90:489-498; 1983). Es en las condiciones particulares referidas en el momento en que la flora saprofita puede transformarse en patógena (la muy condenada). Hallan un medio para multiplicarse húmedo y caluroso. La flora frecuente de la piel está formada por: estafilococos (son los gérmenes mucho más usuales en el CAE), anaerobios, bacilos Gram negativos (la citada Pseudomona, que es malísima), micrococos y hongos.
Clínicamente se identifica por un principio insidioso con picor, edema y sensación de taponamiento auditivo. En los buceadores esto frecuenta generarse tras múltiples inmersiones consecutivas. Si el desarrollo avanza se genera un profundo mal, que incrementa al apretar el trago (signo del trago positivo), al traccionar del pabellón auricular o al desplazar la mandíbula.