artritis | definicion de artritis

Término médico empleado para designar cualquier inflamación de las articulaciones; esta artritis es frecuentemente sólo pasajera, como ocurre en el caso de un esguince. La artritis se refiere también a un trastorno crónico de origen no conocido que afecta a una articulación tras la articulación y deja a menudo al paciente imposibilitado. Normalmente los extremos de los huesos de las articulaciones provistas de movimiento están recubiertos por una capa dura y lisa de cartílago denominado cartílago articular (v. esquema). Uniendo los dos huesos y llenando la cavidad entre ellos existe un tejido recio y fibroso llamado cápsula, tapizada por una membrana (membrana sinovial) que segrega un líquido lubricante de la articulación. En la artritis se apareció alguna o todas estas estructuras, lo que limita la libre movilidad articular. Un esguince de la rodilla producirá una artritis si a la inflamación de la membrana sinovial sucede una degeneración del cartílago articular; lo mismo ocurre con la luxación de un codo, a causa de la formación de un tejido cicatricial en la cápsula. En el mismo sentido actuará una invasión de gérmenes como en el caso de la tuberculosis ósea, gonorrea, sífilis y osteomielitis.

artritis crónica

Existen muchas variedades de artritis crónica. Se estima en más de tres millones, los norteamericanos, en su mayoría durante la plenitud de la vida, que sufren esta enfermedad invalidante. Aunque no puede hacerse una tajante diferenciación entre las diversas formas de artritis crónicas, sí pueden clasificarse en dos grupos: uno llamado artritis degenerativa o hipertrófica, más propiamente llamada artrosis, y otro artritis atrófica o reumatoidea. No obstante, es de destacar que un mismo paciente puede sufrir los dos procesos en articulaciones distintas y que una misma articulación puede comenzar con uno de ellos y añadírsela posteriormente el otro.

La artritis degenerativa o artrosis es en general de desarrollo lento y rara vez comienza antes de los 40 años. Los lugares de elección son la rodilla, las caderas, la columna vertebral y los dedos de las manos. Al comienzo las articulaciones dispuestas están tumefactas y do-lorosas. La modificación más evidente son las excrecencias óseas; frecuentemente aparecen nódulos óseos en las articulaciones de los dedos de la mano; en la cadera el hueso se deposita en forma de un anillo irregular rodeando la articulación, y en el raquis en sus ligamentos. Esta forma de artritis crónica es la más común y la de curso más benigno; no obstante puede acarrear grandes deformaciones y llevar a una grave incapacidad.

La artritis reumatoidea o poliartritis crónica progresiva es más común en las mujeres entre los 20 y 40 años. Las articulaciones afectas estan fuertemente hinchadas, dolorosas y calientes, pero en general no rojas. La lesión más característica es la destrucción de la cavidad articular por afectación del cartílago y fusión de los extremos óseos articulares. Son frecuentes las sublúxaciones, en particular de los dedos. La contractura y atrofia muscular da lugar a deformaciones en las articulaciones relacionadas.

Causa. No se ha encontrado una etiología unívoca ni un tratamiento resolutivo. La infección no parece desempeñar un papel importante. Existe la hipótesis de que las modificaciones articulares se deban a reacciones del organismo frente a sustancias tóxicas, hipótesis confirmada por el hecho de que con la extirpación de focos sépticos crónicos (dientes, amígdalas) se consigue la detención del proceso artrítico, aunque no la retrogradación de las lesiones ya establecidas. Con todo, antes de dar crédito al resultado de un tratamiento, hay que tener en cuenta que no es raro el cese espontáneo de toda actividad. Son importantes como factores básicos de estas enfermedades las deficiencias dietéticas e higiénicas y la falta de protección adecuada contra el frío y la humedad.

Ciertos factores parecen predisponer a la artritis degenerativa. Tales son los traumatismos repetidos, los defectos en la estática, el sobreesfuerzo y la obesidad, todos los cuales someten la articulación a un esfuerzo excesivo. El tratamiento en estos pacientes se encamina a proteger a las articulaciones del traumatismo y de la sobrecarga; aunque es difícil la curación completa, ciertas medidas son de una gran utilidad y reducen las molestias del enfermo.

tratamiento El tratamiento de la artritis crónica, largo y pesado, requiere paciencia y perseverancia. Si el paciente es obeso se le hara con cuidado perder peso. Sera abogada por una dieta adecuada, descanso, ejercicio y fisica apropiada. La dieta debe ser rica en carnes, verdura y fruta fresca, con un mínimo de pan, pastas, grasas y dulces. No es aconsejable el alcohol ni el abuso de café o té.

Casi todas las articulaciones inflamadas se benefician de un cierto reposo; el sobreesfuerzo de las articulaciones dolorosas tiende a agravar las lesiones. should procurarse un periodo de descanso de al menos una hora a media mañana ya media tarde. Durante este tiempo el reposo será absoluto (no leyendo en cama), preferiblemente con las ventanas abiertas y el cuerpo bien abrigado. Son de utilidad los ejercicios respiratorios que utilizan el tórax y el abdomen. Cuando la enfermedad afecta a las rodillas es aconsejable mantener extendidas las piernas y sentarse a veces apoyando los talones en otra silla. En la artritis degenerativa hay menor peligro de que el reposo lleve a la fijación y anquilosis de la articulación dolorosa.

La terapia física, tanto el calor como el masaje, suele ser útil en algunas formas de los dos tipos de artritis; sin embargo, en la forma degenerativa el masaje será ligero y administrado por un experto. El masaje rara vez se aplicará sobre las articulaciones doloridas. El calor puede administrarse mediante toallas humedecidas en una solución de sulfato de magnesio caliente o por medio de una lámpara eléctrica reflectora dirigida hacia la articulación. El calor seco precederá al masaje ligero, al que seguirá una hora de reposo absoluto. En algún caso el calor puede aumentar el dolor en vez de aliviarlo; entonces se ensayará la aplicación de frío.

Es importante el clima. En general, los artríticos agradecen el clima seco y de altura y empeoran sensiblemente en las regiones demasiado húmedas.

La etapa mejor para tratar la artritis es en su fase precoz, puesto que poco puede hacerse cuando ya existen irreversibles o deformidades que han adquirido un carácter más o menos permanente. La artritis crónica no se cura adoptando una sola y única terapéutica, menos con una simple droga. Debe prevenirse al paciente contra los reclamos comerciales y propagandas de ciertos productos farmacéuticos.

Los medicamentos modernos, junto con las medidas físicas antes citadas, consiguen buenos resultados en muchas ocasiones. En la artritis reumatoide (o poliartritis crónica progresiva) y otras artritis afines son muy útiles las sales de oro, la fenilbutazona y los derivados de la cortisona (prednisona, dexametasona, etc.). Estos últimos producen resultados más rápidos pero más fugaces que los otros medicamentos citados. En la artritis degenerativa o hipertrófica (más propiamente llamada artrosis) se han empleado con éxito los yoduros, el azufre formando parte de diversos compuestos y ciertos medicamentos aplicados directamente en las articulaciones.

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